Un frío que pela
Estoy seguro que te ha pasado: hoy has madrugado para ir a trabajar. Te has levantado de la cama y hace un frio que pela. Pones la calefacción en el cuarto de baño mientras preparas un café que te ayude a poner en ritmo y temperatura tu cuerpo.
Llegas a la oficina y la cosa no mejora, también está helada. Conecctas el termostato a tope y apesar de que la temperatura sube y los radiadores están que echan fuego, la sensación de frio no te la quitas de encima. No entras en calor en toda la mañana.
Vuelves a casa después de un agotador día de trabajo. Hogar dulce hogar ¡por fin puedes disfrutar del calor del hogar! Hasta que llegan las 23:00 o 23:30 y se apaga la calefacción, porque no la vas a tenerla encendida toda la noche ¡menudo consumo! Y es entonces, cuando se apaga, cuando sientes como empieza a bajar la temperatura y te vas quedando hecho un ovillo enroscado en el sofá mientras intentabas ver la televisión.
Creamos espacios acogedores llenándolos de comodidades, muebles de diseño, tecnología… pero el verdadero confort esta en lo que no se ve.
La temperatura de nuestra casa, oficina, lugar de trabajo, etc. tanto en invierno como en verano es la pieza clave que hace que el ambiente del lugar en el que estamos sea perfecto. La forma de lograrlo no es tirando nuestro dinero en carísimas facturas de gas o luz. Si, hay que gastar en calefacción o aire acondicionado, pero lo justo y aprobecharlo al máximo no dejando que se nos escape la inversión a través de unas paredes o techo mal aislado.
El tiempo, la orientación o una mala construcción pueden hacer que gran parte de nuestra factura energética se esfume. Arreglar esto es sencillo. Empezar a ahorrar es posible.
3 métodos de aislar tu casa
A continuación te vamos a mostrar 3 formas de aislar tu casa. Cada sistema esta indicado para un caso y situación diferente:
- Proyectado: indicado en casos en los que la vivienda se encuentra en período de construcción. El caso ideal. La buena construcción sabe que las paredes cumplen ademas de la función de delimitar un espacio, el de protegerlo del exterior. Lo que significa protegerlo, aislarlo, de sus inclemencias: del frío en invierno y del calor excesivo en verano.
- Insuflado: para aquellas viviendas ya construidas y en las que se ha detectado un problema de aislamiento; hay que ponerle solución. Es posible. Es sencillo. Y es rápido.
- Soplado: el techo y la bajo-cubierta es uno de los puntos más delicados de un edificio; y el lugar por donde más energía se nos escapa. Para esta zona, el soplado, es el método de aplicación más indicado y nos permite sobredimensionar la capa de aislante hasta lo que se calcule óptimo.
No te preocupes, si te ha quedado alguna duda, aquí te dejamos un vídeo de nuestro proveedor de aislantes de celulosa, AislaNat, que de una manera sencilla y visual describe estos tres procedimientos que acabamos de enumerar.
Y en cualquier caso, recuerda: en Aislaer somos especialistas en todo tipo de aplicación y sistema de aislamiento y hacemos un estudio personalizado de cada caso. Llámanos o ponte en contacto a través de nuestro formulario de contacto en la web y empieza a disfrutar de un ambiente más confortable en tu casa o en tu lugar de trabajo.